Siempre recordaré el día en que el Rey abdicó, como aquél en el que misteriosamente me encontré un chicle pegado en la parte interior de mi calcetín derecho. Extraño hecho. Y es que no sólo soy nueva pobre, sino un poco torpe. Y quizás sea cosa de la porquería que fluye por las aceras de Madrid, o quizás otro mensaje paranormal de parte de ese antepasado que desea verme con un futuro mejor; estoy intentando descifrar qué puede significar…
El caso es que llegué a casa, me quité los zapatos, los calcetines, casi poto del asco y pensé: qué mala reina sería yo…
Cosas por las que no podría ser reina de España:
1. Sólo por el hecho de casarme en la denominada «Catedral de Madrid», otrora denominada Iglesia de la Almudena, otrora denominada «la mayor aberración de arquitectura de interiores jamás construida por la mano del hombre»… bajo el sermón del antiguo artista Paco Clavel, ahora llamado Rouco y convertido en cabeza de la Iglesia española, me hubiese dado tal urticaria que me hubiesen tenido que sacar de allí en camilla.

2. Tener que madrugar para estar tiesa en un desfile militar. Peluquería, maquillaje, modelito cosido con la tela de las cortinas, tiara de museo geominero, banda de tela, zapatos para estar a la altura de la torre del marido-rey… Seguro que andaría como un pato mareado y me parecería más a una de las hermanas de Cenicienta que a una reina de verdad.

3. El besamanos. O pasamanos. O como se diga. Tienes que saludar a cientos de personas al día. Cientos de personas que no sabes si se han lavado las manos después de hacer pis. Me imagino con el bote de gel antibacteriano bajo el sobaco y frotándome las manos entre entre saludo y saludo.

4. Salir en el Hola. Me da mucho miedo salir en el Hola. No sé quién es el encargado o encargada de filtrar con Photoshop las caras de las famosas. Pero no he visto nada igual en mi vida. Horror.

5. Las reinas no hacen caca. Ellas ya tienen su trono de verdad. Y yo no podría estar tanto tiempo sin ir al baño. La reina madre Sofía debe de estar muy contenta de que por fin podrá deshacerse del producto de 40 años de cóctel real.

Y estos son los 5 puntos del por qué yo no podría ser reina. Sí me gustaría poder decir: mi Reino por una Mahou. Eso sí molaría
Ahora sólo me queda esperar al discurso de Navidad para ver cómo maneja Felipe el movimiento de cabeza en el cambio de cámara. También he pedido audiencia con él para que me firme mi título de Licenciada en Historia, seguramente valga la misma mierda con su firma que con la de su padre, pero a lo mejor me consigue sacar de esta mi condición de nueva pobre.
¡Viva la nueva pobre! ¡Viva!
